Jugar es un derecho y una necesidad
Jugar es un derecho, fundamentalmente, porque la vida infantil no puede concebirse sin juego. Jugar es la principal actividad de la infancia y responde a la necesidad de niños y niñas de mirar, tocar, curiosear, experimentar, inventar, imaginar, aprender, expresar, comunicar, crear, soñar… Es ese impulso primario que nos empuja desde la infancia a descubrir, explorar, dominar y querer el mundo que nos rodea, posibilitando un sano y armonioso crecimiento del cuerpo, la inteligencia, la afectividad, la creatividad y la sociabilidad. Jugar es una de las fuentes más importante de progreso y aprendizaje.
Jugar es pues, ¡un asunto muy serio! Más allá de los juegos y del hecho de jugar, el «juego» constituye una actitud frente la vida. Si jugar es una actividad libre y espontánea, una fuente inagotable de placer y satisfacción, el juego evoca una actitud, que va mucho más allá de la simple manipulación del juguete. Nos remite al deseo, la curiosidad, la pasión, la alegría, la libertad, la espontaneidad, el placer, el sentido del humor…;
A pesar de que sabemos que los éxitos en el juego no cambiarán nuestra realidad (por muchos éxitos que obtengamos jugando al Monopoly nuestra cuenta bancaria no variará), cuando jugamos, concentramos todos nuestros sentidos y esfuerzos, estamos completamente absortos en la actividad. Parte de esta pasión y entusiasmo viene determinada porque jugar es una actividad libre, que no será juzgada, en la que disponemos de un espacio personal, de un tiempo y de un margen de error, que en otras actividades no nos están permitidos.
Garantizar, pues, el juego de niños y niñas es un deber porque:
- Incita la curiosidad, motor de cualquier aprendizaje
proporciona alegría, placer y satisfacción
estimula el afán de conquista y de superación personal - Aporta confianza en uno mismo
supone la oportunidad de expresar opiniones y sentimientos - favorece la interiorización de normas y pautas de comportamiento social
- estimula el desarrollo de las funciones físicas, psíquicas, afectivas y sociales
Conocemos, expresamos, vencemos miedos, nos superamos…
El juego adquiere en la infancia un valor psicopedagógico evidente. Al jugar los niños y niñas exteriorizan sus miedos, angustias y preocupaciones más íntimas, a través de la acción. Esto les permite, elaborar sus emociones y sentimientos recreándolos con la ayuda de diversos objetos (muñecos, animales, monstruos…) que ponen en acción inventando nuevas historias, ensayando nuevos finales ante situaciones difíciles, poniéndose en la piel de los demás o repitiendo hasta la saciedad situaciones placenteras.
Jugar, facilita la expresión de sentimientos, liberando tensiones psíquicas y favoreciendo un equilibrio emocional de la personalidad. Actúa como estimulante de la superación personal, a partir de la experimentación del éxito, base de la propia confianza.
¿Qué necesitamos para garantizar el juego?
Para poder jugar, niños y niñas necesitan disponer de una serie de condiciones, sin las cuales, el juego no es posible.
En primer lugar se necesita tiempo. Tiempo para soñar, imaginar, inventar…
Se necesitan espacios acondicionados para el juego en las calles, en las casas, en las escuelas, en donde se pueda jugar sin peligros y en libertad.
Los compañeros de juegos papás, mamás, abuelos… y también los otros iguales tienen un papel importante en el juego. Jugar solo tiene su valor pero, jugar habitualmente solo, puede incrementar los sentimientos de omnipotencia y limitar enormemente las posibilidades del juego.
Por último, los juguetes que aunque, como es evidente, no garantizan en absoluto el juego, son medios ideados para favorecerlo y estimularlo. Podemos definirlos como objetos que apoyan y estimulan la actividad lúdica y por tanto, mediadores entre el juego y el niño o el adulto. Cualquier cosa pues, puede convertirse para un niño en un juguete: una caja de cartón, unas piedrecitas, unas semillas, una sábana,…
Por tanto debemos de fomentar el juego y para ello, he desarrollado este espacio en el que os hablo de diferentes tipos de juguetes para los niños, además de diferentes páginas de juguetes lúdicos, de madera, educativos… que a mí personalmente me han gustado mucho.